A LA CAZA DE ELEFANTES
Cuando pienso en elefantes, me
viene a la memoria el inolvidable DUMBO,
con aquellos ojitos dulces de bebe elefantino.
Y aquel ratoncito que le enseña a volar aprovechando esas enormes orejas
que le ayudan a planear por la carpa del circo.
Y eso… un circo parecen las
andaduras, con torcedura de cadera, de nuestra monarquía.
Poca ética y peor estética.
Tal y como anda el país, las crónicas de la Casa Real, parecen de sainete y
pandereta, debe ser genética la mala pata con el uso de las armas, parece que
los proyectiles tienen tendencia a establecer un recorrido accidental de
notables variables, todas ellas peligrosas.
Mencionar que la caza de elefantes, esta como mal vista, creo que en todo
el mundo, menos en Bostwana lugar que se prestigia de ofrecer experiencias de
altos vuelos, y para pocos bolsillos (cuesta 37.000 euros)
ofreciendo la imagen de nuestro Rey como cazador EJEMPLAR (debe referirse a la
punteria y no al comportamiento).
“ESCÁNDALO es un escándalo”como cantaba, con notable meneo nuestro querido y entrañable Raphael.
Ahora que los españolitos de a pie a cumplir con los mercados y ojito que
estamos a punto de ser intervenidos.