24 abr 2010

La princesa de las mariposas

A la princesa de las mariposas ,le gustaban las noches de verano, cuando un poquito de fresco la dejaba respirar del sofocante calor.

Por las noches salía a dar una vuelta, se duchaba,y cuando estaba fresca y húmeda,y cada poro de su piel se despertaba.

Con el pelo mojado y ese color tostado,que en agosto, el sol le regalaba, se ponía aquella camisa blanca y vieja que le robaba a su padre, los tejanos gastados…cogía su capazo… y poca cosa más.

Salía disimuladamente, pasando de puntillas junto al pasillo donde los reyes, conversaban tranquilos, si se daban cuenta de la indumentaria, no la dejarían salir.

Miraba la luna, cada noche, y sentía una profunda envidia, siempre la envidió por diferentes causas, por su majestuosidad, por su tranquila apariencia, por su redondez absoluta.

Olían los jazmines del pasaje.

Siempre cogía una pequeña,mata y se la ponía en el ojal de aquella camisa inmensa.

Escuchó, las campanas eran las diez y media…… llegaba tarde.

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