Tolerancia “poquica” y pa “mi” “que yo lo valgo”por Alicia Garrigó.

Hay niñ@s con problemas sin diagnosticar que brillan con luz propia en las aulas, tiene un EGO crecido que no les cabe en la mochila y normalmente una familia permisiva, que cansada de los “pollos” que les montan y sus maquiavélicas estrategias de pataleo ( yo grito,más alto que tu, y te aguantas), cansad@s de las situaciones que provocan y de su ceguera y sordera selectiva, AGUANTAN.

Lamentablemente el no intervenir a tiempo tiene sus consecuencias, por que los niñ@s crecen, y cuando son adultos afianzados en sus argumentos de culebrón venezolano, tienen dificultades de relación ( es posible que no encuentren jamás una pareja estable)y dificultades para continuar en un trabajo de responsabilidad media.

Algunos se refugian en el “complejo de Peter Pan” y así eluden el paso del tiempo,con una juventud sexagenaria.

Se convierten así en infelices eternos, sin llegar a comprender que les está pasando, por que al no tener un concepción real de sí mismos, no aciertan a ver la caricatura que presentan, cuando como adultos no han adquirido las habilidades necesarias y siguen con las mismas estrategias infantiles, que han sido reafirmadas, con la no intervención de profesionales adecuados.

La educación abarca, además de los contenidos curriculares, contenidos en valores que potencian, las destrezas y habilidades sociales, el no incidir en ellas a su debido tiempo y con los recursos necesarios, perjudica seriamente la salud mental y social de todos.

La tolerancia es una aptitud que se diseña en la tierna infancia, de lo contrario es una palabra, que está, de moda pero con un significante no compartido ni construido, individualmente, para muchos, desgraciadamente, una palabra hueca.