28 mar 2010

La luna redonda se delimitaba en el cielo.Por Alicia Garrigó





La luna redonda se delimitaba en el cielo.

Ella adoraba la luna, sobre todo cuando estaba llena, se la miraba con los ojitos pasmados de tanta belleza y se espejaba en ella, no entendiendo que tanta hermosura se situara tan lejos, tan por encima del cielo y siempre estuviera tan sola.

Siempre quiso escribir y no lo hizo, le aconsejaron que buscará alguna profesión más remunerada, la creación y los artistas han sido malmirados por la burguesía y la gente de bien, siempre. Han tenido mecenas y después padrinos, pero era gente especial , de un mundo original y un poquito peligrosos situados entre el bien y el mal, dedicados a esperar unas musas que no siempre llegan.

Así que lo dejó.

¡Pasaron tantos años! hasta que de nuevo se encontró frente a un papel.

Entonces dejó de tenerle miedo, afortunadamente en ese lapsus de tiempo (más de 20 años) aprendió a usar el ordenador, esa máquina entre infernal y maravillosa donde cada vez que se volvía a empezar, no se llenaba la papelera de papeles arrugados que te decían hoy no es el día, simplemente apretando una tecla, la pantalla quedaba en blanco.

En su juventud siempre pensó que llegaría el día en que tendría cosas que decir que provocarían interés en el público, como eso, lo soñaba se inventó una firma para cuando fuera famosa (la escritora alcublana de más prestigio en toda la serranía) Ella no sabia que a lado y lado de su Alcublas querida, existía, un mundo grande en todo.

Las cosas de la vida se la llevaron lejos, hasta que de mayor y en la más amarga soledad, para finiquitar su vida, regresó al pueblo.

Era una soledad serena de cuando una ya, cansada del trajín de la ciudad, se quiere retirar a un mundo sin estrépito.

Llegó en semana santa, seis de la tarde y empezó a oler aquel paisaje, era un día húmedo, con niebla baja, no se tropezó con nadie por la calle.
Se olía a leña, el silencio era impresionante, se escuchaba el latir en sus propias sienes, sus pisadas, su aliento, empezó a horrorizarse en aquel momento.
Aquello parecía el fin del mundo.

¿O ERA UN EMPEZAR DE NUEVO?

2 comentarios:

  1. Alicia,me encanta como escribes.Felicidades y no te lo dejes,que bién descibes las cosas,me encanta....

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  2. Los reencuentros con uno mismo llegan a ser dolorosos, siempre que no se use el flotador de la nostalgia.
    No, lo vivido, no es como la tecla de borrar del ordenador, esta, claro que esta, pero no somos quienes para juzgarnos, simplemente es nuestra vida.

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