Estaba interna.
Aquella separación de sus padres, las suegras, los jueces , los que se meten en medio aconsejando, acabaron en 16 años de internado, en unas estupendas monjas.
Monjas.
Por mucho que lo intento, no se me ocurre nada más lejos de una madre, que una monja y menos, un conjunto de ellas, casadas con dios (que molesta poco),que nunca han sido madres, que tienen el corazón y el cuerpo aletargado.
Situándonos en el tiempo hace unos 70 años.
Me imagino a una criatura, llevada con el espíritu del momento a una gran instalación, donde la decoración además de sacra, debía dar un bajón a cualquier criatura.
Pensando en los protocolos de acogida de entonces, la frialdad , el respeto ciego, los castigos corporales y las vejaciones pedagógicas de la época ,realmente me creo que los niños si han de crecer, crecen hasta en una jaula.
Comer a bofetadas, rezar, por si acaso , grandes espacios, grandes silencios y el corazón en secano.
¿Cómo se puede crecer en la confianza de nadie? si de muy pequeño te confinan, y te dan en tutelaje a estas magnificas hacedoras.
Qué familia más extraña.
La enseñaron a coser y a bordar, pero nunca aprendió a querer. ¿Por qué será?
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