Ser ,para un movimiento asociativo requiere el sentir el bien común como el más codiciado, y dedicar tiempo y esfuerzo dirigido a subsanar las necesidades de un colectivo.
Cualquier otra cosa no basada en la creencia de los Derechos Universales del Hombre y de las Libertades Constitucionales , no deja de ser , NO compartir un proyecto, sino utilizarlo para lo personal, e individual,con la hipocresía de venderlo para un bien universal.
La caridad , y la generosidad filantrópica han quedado ya desfasadas, fuera de credibilidad y obsoletas, los colectivos organizados según la legislación vigente, tenemos la obligación de luchar por la equidad del ser humano en la gama más abierta posibilidades.
Debemos especializarnos en nuestras actividades y ser los expertos directos en el territorio y ámbito en que nos movemos.
Hacer las cosas sin ánimo de lucro no debe ser sinónimo de medianías, el voluntariado no significa ,hacer cuando me apetece en un escaparate social que nos sitúa, entre los elegidos para acudir a las recepciones de diferentes palacios, por el contrario si creemos en un proyecto compartido velaremos por él y trabajaremos con objetivos compartidos,fuera de la necesidad de “cargos” y entendiéndolos como parte de una organización legal, en ningún caso como una “titulitis personal”.
Mal vamos si utilizamos las asociaciones para subsanar tiempos de ocio, mal vamos sino sabemos pensar y clarificar cual es nuestro trabajo, mal vamos y peor andamos cuando en vez de aportar, RESTAMOS.